Historia

Agosto: El mes del padre de la Patria y su paso por San Pedro

Hoy Yapeyú es visitado por muchos turistas que recorren sus  calles, museos, buscando secretos, anécdotas, historias de un hombre signado por las renuncias constantes en su larga vida, "siempre pensando en lo que debía ser, de lo contrario no ser nada".


Estar a orillas del río Uruguay le da a este rincón histórico una particularidad especial, hoy perteneciente a la Provincia de Corrientes, pero en los años 1770 era parte del Virreinato del Alto Perú, formando uno de los departamentos de reducción de los jesuitas guaraníes, llevando a cabo la labor de evangelización y enseñanza.

En ese marco, en 1774, se instalan en el lugar el matrimonio Juan de San Martín, nombrado Gobernador de dicho departamento junto a su esposa Gregoria Matorra, venidos desde tierras españolas.
Con tres hijos, se instalan en el lugar para cumplir con las funciones públicas, pero cuatro años después nacería el que pasaría a la "inmortalidad como el Padre de la Patria, José Francisco", uno de los cinco hijos.

Las cosas tampoco eran fáciles en Yapeyú para la familia en el orden político y social por lo que deciden regresar a su país natal. Por primera vez José Francisco conocería la tierra de su padre, España, dónde crecería, se formaría en la carrera militar, tomando parte en la misma siendo muy adolescente. Esto no era novedad para la familia ya que los cuatro hijos varones se inclinaron por esto y la única hija mujer también terminaría casándose con un militar.

La primera experiencia la tuvo al incorporarse al regimiento de Murcia; fue al norte de África su bautismo de fuego contra un ataque de los moros. En pleno estallido de la revolución francesa, el joven marcaría su destino, al ser nombrado Teniente Coronel y recibir medalla de oro por su desenvolvimiento.

 Lucha contra los franceses en el ejército de los aliados (España, Portugal e Inglaterra), al mando del General Beresford.

Por más de dos décadas San Martín luchó contra moros, franceses, ingleses y portugueses, pero su vida no transcurrió solamente de batalla en batalla.

En sus momentos de descanso y paz solía debatir con sus compañeros de armas y con algunos americanos, sobre los vientos de libertad republicanos que soplaban desde la Revolución Francesa.

Poco a poco se fue dando cuenta de que la causa en España estaba perdida frente al control napoleónico, es entonces que decidió continuar su lucha en América.

Cuando más tarde se le preguntó con respecto a esta cambio en su vida él respondió: ¨La revolución de España es de la misma naturaleza que la nuestra; ambas tienen la libertad como objeto y la opresión por causa”.

San Pedro y San Martín

 

El vínculo que ha tenido primero el poblado de campaña, luego la villa, más tarde el pueblo y ahora la ciudad con la historia del país es fuerte y constante.

No sólo los acontecimientos de Mayo repercutieron en el poblado, también el paso del General Manuel Belgrano y en este mes recordando a San Martín repasamos su vinculación de alguna manera con San Pedro.

Antes de continuar su camino hacia el combate de San Lorenzo, mandó parte de su tropa a provisionarse de víveres, leña y reses, el poblado formado alrededor del  convento ofreció gustoso lo necesario.

El general pernoctó en la Posta de Las Hermanas que en aquél entonces pertenecía al territorio de San Pedro, pero al formarse la población de Ramallo y tener esta autonomía propia, este lugar quedó en esa jurisdicción.

También se lo vincula con el combate de Obligado, acontecido en 1845 al obsequiarle al General Juan Manuel de Rosas su sable por defender la soberanía nacional frente a las tropas invasoras inglesas y francesas, aunque algunos istoriadores afirman que este obsequio fue concedido al Brigadier mucho antes de dicho combate. 

Destacado:

En nuestra ciudad San Martín y Rivadavia se cruzan como dos grandes amigos, pero la historia nos cuenta una realidad totalmente distinta. Rivadavia no tenía ninguna simpatía hacia San Martín, a tal punto que le negó la entrada a Buenos Aires cuando se llegó para estar con su mujer enferma.

Los objetivos de ambos eran completamnete diferentes, se cruzaron en muy pocas oportunidades. San Martín pensaba de Rivadavia: un hombre de infernal conducta.

"Transemos nuestras diferencias; unámonos para batir a los maturrangos que nos amenazan y después nos queda tiempo para concluir de cualquier modo nuestros disgustos en los términos que hallemos por convenientes sin que haya un tercero en discordia que nos esclavice”.

General San Martín.

 

Fuentes consultadas:

http://www.sanmartiniano.gov.ar;

Tomo II Historia de San Pedro por Américo Picagli y Zulma Taurizano