Castillo de Rafael Obligado
El Castillo de Rafael Obligado es una de las joyas arquitectónicas más llamativas de la zona. El Palacio está localizado en las cercanías de Vuelta de Obligado, en el límite entre el Partido de San Pedro y el de Ramallo.
La construcción del inmueble que fue utilizada como hogar, tiene sus inicios en el año 1896, bajo órdenes del poeta Rafael Obligado, quien mandó a erigir esta edificación en las barrancas del río Paraná, para ofrecérsela a su esposa, Isabel Gómez Langenheim.
El estilo en que fue erigido el castillo fue el románico, el cual presentaba detalles góticos. La idea de este diseño fue estimulado por el escritor Walter Scoot de quien era fanática la esposa de Obligado. Una parte de las tierras del castillo fueron compradas en el año 1785 al canónigo Andujar, por parte del padre de obligado, y en ésta fue construida la estancia de la edificación.
La construcción fue erigida de tres plantas, en donde se distribuyeron 24 habitaciones y 6 baños, un número nada menor para un edificio que a simple vista no parece tan grande. En la entrada se construyó un hermoso hall con tres juegos de escalera.
La propiedad pertenece a los descendientes de Obligado, aunque hace años hay controversias entre distintas ramas de la familia, ya que existía una clausula respecto a la sucesión, que ponía como requisito que haya un hijo varón en la descendencia.
Como ben Castillo, éste cuenta con la leyenda de un fantasma que lo habita, se llama "Toto" y según dice, transita el lugar haciendo desaparecer objetos o cerrando puertas para luego abrirlas misteriosamente.
El lugar es de difícil acceso y vale recordar que es una propiedad privada, por lo que no se puede ingresar sin permiso. La Opinión Semanario pudo acceder al interior del complejo hace mucho más de una década, por lo que las fotografías están en el archivo del medio gráfico.